La Formación Profesional es, ahora mismo, una de las vías educativas más completas y mejor orientadas al mercado laboral. Y su plan de estudios, así como su organización del currículo en módulos, es precisamente una de las claves a la hora de conseguir un aprendizaje progresivo, estructurado y conectado con las competencias profesionales reales. Dentro de este contexto, es crucial entender la diferencia que hay entre lo que se conoce como módulos comunes y módulos específicos. Porque si bien es cierto que ambos cumplen funciones distintas, estas son complementarias e importantes.
A lo largo del artículo de hoy, te vamos a explicar en profundidad cuál es la estructura de los ciclos formativos y en qué consiste cada tipo de módulo, además de sus objetivos principales.
Estructura general de los ciclos formativos de FP
La FP en España se organiza en distintos niveles:
- Formación Profesional Básica.
- Ciclos Formativos de Grado Medio.
- Ciclos Formativos de Grado Superior.
Todos estos niveles tienen en común una estructura modular. Es decir, se componen por diferentes unidades de aprendizaje que se denominan módulos. Cada módulo podría considerarse como una asignatura con entidad propia, que se centra en desarrollar ciertos conocimientos, habilidades y actitudes. La suma de todos estos módulos es la que nos permite adquirir la cualificación completa. Podríamos comparar estos módulos a asignaturas, pero son ligeramente diferentes dentro del plan de estudios.
Los módulos se dividen en dos grandes categorías: módulos comunes y módulos específicos. La principal diferencia entre ambos es que los primeros son generales, se presentan en distintos ciclos y se enfocan en lo que se conocen como competencias transversales. Los específicos, por otro lado, son propios de cada titulación, orientados a una profesión concreta.
¿Qué son los módulos comunes? Ejemplos y objetivos
Comencemos, pues, hablando de los módulos comunes. Son aquellos que se imparten en distintas especialidades y que, por tanto, no se encuentran vinculados a un único perfil profesional. El objetivo de estos es el de dotar a los alumnos de competencias transversales que son útiles en múltiples ámbitos laborales e incluso personales. Algunos de estos módulos son los siguientes:
- Formación y Orientación Laboral (FOL). Se encuentra en todas las FP, y enseña aspectos muy interesantes sobre la legislación laboral, los derechos y deberes de los trabajadores, la seguridad en el empleo, la salud e incluso las distintas vías para acceder al mercado laboral.
- Empresa e Iniciativa Emprendedora. Busca promover el espíritu emprendedor, enseña nociones básicas sobre gestión empresarial, creación de negocios e incluso marketing. Es especialmente interesante cuando se está interesado en emprender tras los estudios.
- Inglés Técnico. Este no se incluye en todos los ciclos, pero sí en aquellos que tienen cierta proyección internacional.
Los objetivos de este tipo de módulos son preparar al alumnado para integrarse en el mercado laboral en líneas generales. Por ejemplo, dotándole de herramientas para conocer la legislación. O permitiéndole desarrollar sus soft skills como el trabajo en equipo, la iniciativa personal y la comunicación. Además, algunos de ellos también introducen competencias digitales. Son módulos muy valiosos porque buscan mejorar la adaptación del estudiante a distintos entornos laborales.
¿Qué son los módulos específicos? Ejemplos y objetivos
A diferencia de los módulos comunes, los específicos son aquellos que forman parte del núcleo técnico de cada uno de los ciclos formativos. Es decir, que se relacionan con las funciones, tareas y conocimientos de cada una de las profesiones determinadas.
Por ejemplo, en el caso del ciclo de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería nos encontraríamos con Técnicas basadas en enfermería, Promoción de la salud o incluso Higiene del medio hospitalario. Y en la FP de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, estos módulos darían paso a otros como Programación, Acceso a datos o Desarrollo de Interfaces,
Por poner un ejemplo más, en un ciclo de Gestión Administrativa hallaríamos asignaturas como Comunicación empresarial, Empresa en el aula u Operaciones administrativas de compra-venta. Es decir, que en cada una de las distintas FP se centraría en todos esos conocimientos concretos que diferencian las profesiones.
Los objetivos clave de estos módulos específicos son:
- Adquirir competencias técnicas propias de cada uno de los perfiles profesionales.
- Conocer todas las herramientas, metodologías y procesos usados en cada uno de los sectores.
- Preparar al alumno para el desempeño de su rol laboral concreto.
- Favorecer la inserción rápida en el mercado de trabajo gracias a una especialización.
Diferencias entre ambos tipos de módulos
Pese a que ambos módulos conviven dentro de los ciclos formativos, y son igual de importantes, es cierto que presentan ciertas diferencias claras. Sobre todo en su enfoque, su concepto y su finalidad.
Los módulos comunes tratan competencias transversales, y cuentan con una aplicabilidad general. Además, están presentes en distintas FP de géneros muy variados, y se suelen orientar a conseguir habilidades tanto personales y sociales. Y tiene una alta contribución a la empleabilidad debido a que se aplican de forma universal.
Por otro lado, los módulos específicos trabajan competencias técnicas concretas de un sector o puesto. Son únicos en cada una de las especialidades, y requieren aprender a dominar la técnica y el conocimiento del sector concreto. De nuevo, nos encontramos una alta empleabilidad, aunque en este caos debido a la especialización que ofrecen.
Importancia de ambos tipos de módulos en la formación integral
El éxito real de la FP consiste en la combinación de módulos comunes y específicos, puesto que responde a un modelo pedagógico que ha sido diseñado por profesionales. Y a continuación te vamos a contar algunas de las razones por las que la estructura dual es tan importante:
- Formación técnica humana. Mientras que los módulos específicos nos aseguran que el alumno podrá desempeñar con solvencia ciertas tareas concretas, son los comunes los que hacen que el conocimiento esté completo. Porque las empresas valoran tanto el dominio técnico como la capacidad para comunicarse, resolver problemas o trabajar en equipo.
- Mayor adaptabilidad. Cuando un trabajador domina su oficio y, a la par, sabe adaptarse o innovar, tiene más posibilidades de mantener su empleo. O incluso será capaz de reinventarse si su situación cambia.
- Mejora de la inserción laboral. Gracias a que los ciclos se encuentran tan equilibrados, se consigue una mayor empleabilidad. Es más, datos oficiales del Ministerio de Educación prueban que aquellos titulados en FP que han cursado módulos comunes y específicos tienen una tasa de inserción laboral superior al 70 % en muchos sectores.
- Orientación profesional. Son muchos los alumnos que llegan a una FP sin tener del todo claro qué camino profesional seguirán. Módulos comunes como FOL o Empresa e Iniciativa Emprendedora ofrecen herramientas para que puedan tomar decisiones informadas sobre su futuro.
Por último, estos módulos están pensados para facilitar el paso del aula al entorno profesional. Gracias a esto, el alumno no solo es un buen profesional, sino también un trabajador informado, consciente de su entorno, de sus derechos laborales, de la importancia de las relaciones interpersonales o incluso de la prevención de riesgos laborales.
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