Son muchas las personas que se encuentran trabajando y, a la par, cuentan con nuevas metas y quieren continuar sus estudios. Puede parecer un reto imposible compaginar una Formación Profesional con un trabajo a tiempo completo, pero la clave es marcarte una agenda, unos horarios, tener claras tus prioridades y no confiar en la motivación, sino en la disciplina. Hoy te vamos a contar cómo puedes hacerlo, para que puedas cumplir todos tus objetivos.
Por qué es posible combinar trabajo y estudios
Cada vez son más las personas que se aventuran a cursar una FP mientras trabajan. Las razones son muy variadas: mejorar las oportunidades que tienen a nivel laboral, cambiar de sector profesional, adquirir más conocimientos… Y, aunque pueda parecer una combinación complicada y en ocasiones requiera mucha disciplina, lo cierto es que es viable. La clave es abordarlo de forma estratégica y teniendo siempre en cuenta las limitaciones que vas a tener.
La clave es entender que no es hacer más cosas, o dedicarle muchas horas al estudio, sino conseguir que estas horas sean de calidad. Una buena organización no siempre implica llenar todos los minutos de tu día con tareas, sino ser capaz de asignar todos tus recursos de manera inteligente. Y, cómo no, aprovechar las modalidades online o semipresenciales que ofrecen muchos centros de FP. Porque harán que conciliar sea mucho más sencillo.
El hecho de compaginar trabajo con estudios hará que, además, obtengas competencias muy apreciadas en el mercado laboral: responsabilidad, gestión del tiempo, resiliencia… Hoy es un desafío, pero mañana será tu punto fuerte.
Análisis de tu disponibilidad y responsabilidades
Lo primero que debes hacer, antes de lanzarte a la aventura, es tener una visión realista de tu situación actual. Es decir, identificar cuánto tiempo disponible tienes realmente en tu día a día y en qué lo estás invirtiendo ahora mismo.
Puedes comenzar anotando cuáles son tus responsabilidades reales: trabajo, desplazamiento, tareas domésticas, descanso, deporte y ocio. Registra todo lo que haces a lo largo de la semana de forma honesta, y así podrás descubrir cuáles son tus “fugas” de productividad. Es decir, esos momentos que se pierden y que realmente podrías aprovechar. Pero recuerda que sí o sí necesitas momentos de descanso cada día.
Te recomendamos que clasifiques tus tareas en tres categorías, ayudándote de un código de colores:
- Imprescindibles, en color verde: lo que sí o sí debes hacer.
- Importantes, en color amarillo: son todas esas actividades que contribuyen a tu bienestar físico o emocional. Ejercicio, tiempo en familia, ocio…
- Opcionales, en color rojo: todo aquello que podrías reducir, como el uso de redes sociales o pasar tiempo de baja calidad viendo la televisión.
No tienes que eliminar tu ocio, sino tener claras cuáles son tus prioridades y crear un mapa mental. De esta manera, podrás ver cómo encaja el estudio con tu rutina.
Herramientas para la gestión del tiempo
Llegamos a la parte de planificación, para la que te recomendamos que te hagas con herramientas para ayudarte. Hay tanto herramientas clásicas, como una buena agenda física, como digitales. Todo va a depender de tus necesidades y de tus gustos, aunque es clave que sepas que las digitales se pueden sincronizar entre dispositivos y son mucho más eficientes. Es precisamente por esto por lo que te vamos a hablar justo de estas últimas.
- Planificadores y calendarios digitales. Un imprescindible, y que además se ofrece en diferentes alternativas. Por ejemplo, puedes encontrar apps como Google Calendar, Notion o Trello, con las que podrás ir visualizando tus tareas, programar recordatorios… Se sincronizarán entre tu PC y tu móvil, y es bastante útil. Podrás crear calendarios de trabajo, personal y de estudios, y así mantenerlos diferenciados.
- Temporizadores. Son prácticos de cara a estudiar y a ser consciente del tiempo real de estudio que le dedicas al día. Por ejemplo, Forest te impide usar tu smartphone mientras estudias, fomentando así tu productividad.
- Gestores de tareas. Son lo más clásico, sencillo y eficiente, puesto que solo tendrás que insertar tus tareas y darle un orden por fecha y prioridad. Un ejemplo perfecto de esto es Todoist.
Métodos y rutinas productivas
Una buena organización va mucho más allá de planificar bien tu tiempo. La clave es que, además, seas capaz de crear una rutina sostenible a largo plazo. Hay algunas claves que te pueden ayudar en este sentido:
- Planifica semana a semana. Dedica unos minutos de tu domingo, o de tu lunes, a revisar cuál es la planificación que tienes esa semana. De esta manera, te podrás anticipar y planificar todo mejor. Y ten en cuenta que debes jugar con la flexibilidad: no siempre podrás cumplir al 100 %, y debes anticiparte a esos imprevistos.
- Agrupa las tareas similares en una misma franja horaria. Por ejemplo: subrayar temas, repasar apuntes, tareas domésticas… De esta forma, reduces los cambios de foco, que tienden a ser grandes ladrones de energía.
- Prioriza siempre las tareas que te hagan avanzar en tus objetivos.
- Aprovecha los microtiempos: esperas, trayectos, pausas breves… Y repasa conceptos sencillos.
Cómo optimizar tus descansos
Una de las claves cuando se quiere estudiar y trabajar a la vez es ser consciente de que los descansos son fundamentales. Debes sí o sí tenerlos para, de esta manera, recuperar tu energía y rendir mejor. Un error muy común es creer que descansar menos hará que avances más, pero a largo plazo reducirá tanto tu capacidad de concentración como de aprendizaje.
Prioriza siempre las horas de sueño, y duerme, como mínimo, 7 horas al día. Establece una rutina que te permita llegar a la hora de dormir de forma mucho más reposada. Además, cada ciertas horas de estudio (2 o 3) es clave introducir pausas activas: da paseos, levántate, sal. Así podrás oxigenar mejor tu mente. Junto a esto, es recomendable cuidar la alimentación, porque esto influirá de forma directa en tu nivel de energía y de concentración.
Por último, ten claro que necesitas siempre tiempo libre real. Algo que sea alejado de estudios y trabajo, como hacer deporte, salir a andar o leer.
Evitar la sobrecarga y el agotamiento
Es importante ser consciente de que todos tenemos un límite y existe un riesgo alto de burnout (agotamiento físico y mental). Para solventarlo, lo mejor es aprender a poner límites, además de tener buena disciplina. Acepta que no siempre vas a poder con todo, y sé consciente de cuáles son todas tus señales de saturación. Habrá semanas que rindas más y otras que rindas menos, y necesitarás cierta flexibilidad para conseguir rendir a largo plazo. Si te notas irritable, cansado o sientes que has perdido el interés sobre lo que estás haciendo, necesitas sí o sí parar.
Además, es importante que aprendas a decir que “no” a exigencias de tu entorno cuando estés llegando al límite, y priorizar el autocuidado.
Por último, guarda algunos momentos al final del día libres de trabajo y de estudio, siempre que sea posible. Tu mente necesita poder cerrar y descansar.
Estrategias de motivación y constancia
Pese a que hemos dicho que la clave es la disciplina y no la motivación, es cierto que esta influye de forma positiva. Y te queremos dar algunas ideas para que puedas mantenerla alta:
- Conecta con tu propósito y ten muy claro tu objetivo. ¿Por qué haces todo esto? No lo olvides.
- Divide las metas grandes en pequeños logros, para conseguir más y avanzar paso a paso. No pienses en el título final: piensa módulo a módulo.
- Comparte tus sueños con tus seres queridos, y refúgiate en su apoyo para continuar cuando sientas que no puedes más.
- Combina disciplina con flexibilidad. No todos los días podrás cumplir tu planificación, pero no pasa nada. Podrás adaptar el ritmo y continuar adelante.
Evaluar y ajustar tu plan
Por último, ten siempre presente que la organización está lejos de ser algo estático. Es algo que irá evolucionando contigo, y puede que algo que funcione hoy deje de hacerlo en seis meses. No pasa nada: cambia tu horario, ve adaptándote, cambia el plan y ten siempre en mente tu meta final. Optimiza lo que ya funciona y potencia tus puntos fuertes, para aprovechar al máximo tu tiempo y energía.









Leave a Comment