La Formación Profesional se ha convertido en estos últimos años en una de las alternativas educativas más valoradas en el mercado laboral. Es comprensible: tiene un enfoque práctico, orientado a la empleabilidad, algo que la hace ideal para quienes desean incorporarse al mercado laboral de forma rápida. O que buscan especializarse en un área concreta de formación. Además, con el auge de la educación online, han surgido dos modalidades distintas: la FP presencial, clásica, y la FP a distancia. Si no sabes cuál de ellas es mejor para ti, ¡sigue leyendo! Porque vamos a analizar las diferencias entre ellas y qué factores hay que tener en cuenta para tomar la mejor decisión.
La creciente demanda de la FP y las modalidades disponibles
La FP ha experimentado un crecimiento bastante alto en estos últimos años, impulsado sobre todo por la demanda de perfiles técnicos y especializados en distintas industrias. Además, la flexibilidad a la hora de elegir modalidades de estudio ha abierto nuevas oportunidades a estudiantes de todo tipo. Ya no solo estudian aquellas personas que son más jóvenes, puesto que la FP ha cambiado por completo el panorama, abriéndose a personas con horarios más complejos que requieren una mayor libertad a la hora de estudiar.
Ahora mismo, podemos hablar de dos modalidades principales de FP:
- Presencial: es el formato tradicional. En él, los estudiantes asisten físicamente a clases, realizan las prácticas en talleres y trabajan mediante la interacción con sus compañeros en actividades grupales. Tienen horarios concretos, y han de adaptarse a ellos.
- A distancia: la modalidad online es novedosa, y permite estudiar desde cualquier lugar mediante plataformas digitales. Se da acceso a los estudiantes a contenidos multimedia, tutorías virtuales y, en muchos casos, evaluaciones en línea.
Cada una de estas modalidades ofrece ciertas ventajas y ciertos desafíos que se han de tener en cuenta, y que es importante conocer antes de elegir. Y es justo de eso de lo que te vamos a hablar a continuación, ¡así que sigue leyendo!
Ventajas de la FP presencial
Comenzamos, cómo no, hablando de las ventajas que tiene la FP presencial. En primer lugar, se da una interacción directa entre profesores y compañeros. Esto ayuda a promover el aprendizaje colaborativo y, además, en caso de dudas estas se resuelven de forma inmediata. También hemos de tener en cuenta que se tiene acceso a muchos recursos físicos, como talleres, laboratorios y espacios prácticos que permiten que se dé un aprendizaje mucho más tangible y cercano a la realidad laboral.
Además, el hecho de tener que estar en constante contacto con la gente hace que se desarrollen las habilidades sociales. La convivencia en el aula hace que se fortalezcan la capacidad de comunicación, la empatía y el trabajo en equipo. A esto hay que añadirle que también es positivo el hecho de contar con una presencia continua por parte del profesorado. Porque hace que el acompañamiento sea mucho más cercano y que se adapte mejor a las necesidades de cada estudiante.
Por último, para todas esas personas que no sean disciplinadas ni organizadas, siempre es positivo tener una rutina tanto de horario como de clases presenciales.
Desventajas de la FP presencial
Pero, claro, también encontramos algunas desventajas en el hecho de tener que ir de forma presencial. La primera de ellas es que requiere que el alumnado se adapte a un horario fijo; para aquellos que trabajan o que tienen responsabilidades familiares, puede acabar por ser complejo o casi imposible. Y a esto hay que añadirle que asistir a clases implica tiempo y costes asociados a los desplazamientos, algo que no todo el mundo se puede permitir.
La flexibilidad se ve reducida al mínimo. No se puede adaptar el ritmo de estudio a las necesidades personales que cada uno pueda tener, puesto que se ha de seguir el ritmo propio que marque la clase. Y, por último, hay una limitación geográfica. La oferta de ciclos formativos presenciales puede estar limitada en algunas ciudades, y esto puede acabar por ser un problema.
Ventajas de la FP a distancia
Pasemos ahora a hablar de la FP a distancia, una modalidad mucho más novedosa. En este caso, sus ventajas son bastante claras. Nos permite tener una gran flexibilidad horaria, puesto que cada alumno puede estudiar en cualquier momento y lugar, adaptándose así a sus necesidades individuales. Y esto también es positivo para quienes necesitan compatibilizar estudios con trabajo, o para quienes tienen responsabilidades como hijos.
Por si esto no fuera suficiente, elimina la necesidad de trasladarse a un espacio concreto. Ahorras tiempo, puesto que estudias desde la comodidad de tu hogar, y también costes. El hecho de tener que manejarse con herramientas digitales hará, asimismo, que se promuevan todas las competencias digitales, tan valoradas en el mercado laboral. Y, por último, tendrás acceso a una amplia oferta de programas, incluso aunque no estén disponibles en tu ciudad.
Desventajas de la FP a distancia
Pese a la gran cantidad de ventajas que trae consigo, es innegable que no es para todo el mundo. Porque requiere una alta dosis de autodisciplina, autonomía y organización para poder cumplir con todas las actividades y todos los plazos. Además, es cierto que hay una falta de interacción social, algo que limita las oportunidades de hacer dinámicas grupales y esa posibilidad de conocer futuros compañeros de trabajo.
Aunque no todo el mundo suela pensarlo a la hora de elegir, debes tener en cuenta que dependerás tanto de tener una buena conexión a internet como de tener el equipo tecnológico adecuado. En caso de no tenerlo, tendrás que hacer un desembolso en este sentido.
Por último, puede que se vean reducidas las prácticas en modalidad presencial. Aunque es cierto que hay otros programas que las mantienen, con lo cual te recomendamos que te informes bien antes.
Factores clave para elegir entre ambas opciones
¿Estás dándole vueltas a si es mejor elegir una modalidad presencial u online? No te preocupes, te vamos a dar las cinco claves en las que debes fijarte para elegir la mejor:
- Disponibilidad de tiempo. Evalúa cuánto tiempo puedes dedicar al estudio cada día, si puedes ajustarte a un horario fijo… Porque esto es imprescindible en la modalidad presencial.
- Estilo de aprendizaje. ¿Quieres un entorno colaborativo, o te sientes más cómodo trabajando de forma autónoma?
- Objetivos profesionales. Ten en cuenta que, dependiendo de la modalidad, necesitarás más o menos competencias prácticas, que se trabajan de forma presencial.
- Acceso a recursos tecnológicos. ¿Cuentas con el entorno adecuado para estudiar a distancia?
- Preferencias personales. Por último, no olvides que es importante que analices con qué te sientes más cómodo. Porque eso incidirá de forma positiva en tu dedicación.
¿Qué modalidad es mejor según tu perfil?
La elección ideal va a depender en buena medida de tu situación personal. Por ejemplo, si eres una persona que tiene tiempo disponible y que disfruta estudiando de forma práctica, lo mejor es apostar por la FP presencial. Y otro tanto de lo mismo sucede con esos jóvenes que acaban de salir de la Educación Secundaria Obligatoria, puesto que normalmente no tienen la autonomía y la autodisciplina necesaria para estudiar por sí solos. Porque, al fin y al cabo, provienen de un sistema educativo totalmente guiado.
Pero si eres una persona adulta, que tiene responsabilidades familiares, que disfruta del aprendizaje autónomo y que quiere poder trabajar a la par que estudiar, la modalidad online es un gran acierto. Lo mismo sucede si vives en una zona remota, puesto que eso hará que puedas ampliar las oportunidades de estudio.
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