El momento de elegir una FP es una de las decisiones clave en la formación de un joven. Son cada vez más los estudiantes que apuestan por este camino gracias a la orientación práctica que tiene, así como su conexión con el mundo laboral y la amplia oferta de titulaciones que ofrece. Si bien es cierto que es una elección personal, es crucial que el entorno del estudiante le apoye y le oriente. En esta guía aprenderás las claves para hacerlo de forma positiva, informada y, sobre todo, respetuosa.
Introducción: El papel clave de la familia en la decisión
La familia cumple un papel fundamental en el desarrollo de la vocación de los más jóvenes. Desde la infancia, los niños observan, escuchan y, sobre todo, aprenden de las actitudes, expectativas y valores que tienen sus padres. Cuando llega el momento de elegir qué estudiar, el entorno familiar marca por completo la diferencia entre una elección segura… Y otra hecha por presión.
El acompañamiento no consiste en tomar las decisiones por el estudiante, sino en ofrecer cierta orientación, comprensión y apoyo. Es normal que surjan dudas sobre si es la decisión correcta porque, como adultos, se tiene una visión distinta y se pueden ver los posibles errores de otra manera. Pero es cierto que no debemos perder de vista el objetivo: que el joven encuentre una opción que se alinee con sus intereses, con sus capacidades y con su motivación.
Conocer las ramas y niveles de la FP
Lo primero es conocer cómo se estructura la FP y, en consecuencia, ver que hay distintos niveles y que hay muchas ramas profesionales. Comencemos hablando de los niveles, porque encontramos los siguientes:
- Formación Profesional Básica. Esta se orienta a todos esos jóvenes que no han terminado al ESO, y permite obtener el título profesional básico. Además, muchas dan acceso a un Gradio Medio posterior.
- Grado Medio: requiere que el estudiante haya finalizado la ESO. Se forman técnicos, capaces ya de integrarse al mercado laboral, pero también permite continuar hacia un Grado Superior.
- Grado Superior: es el equivalente al nivel de técnico superior, y requiere o bien un Grado Medio o bien un título de Bachillerato. Además, permite el acceso a la Universidad.
¿Y las ramas? Hay, ahora mismo, más de 25 familias profesionales: informática, sanidad, hostelería, energías renovables, actividades deportivas… Es fundamental conocerlas todas, para así ver cuál encaja mejor con la vocación del estudiante.
Identificar intereses y habilidades del estudiante
Uno de los grandes retos que tienen las familias es el ayudar a sus hijos a que descubran qué les gusta y en qué destacan. Durante la adolescencia, la vocación puede ser algo complejo de hallar. Pero hay ciertas señales que nos pueden ayudar:
- Cuáles son sus intereses personales, qué hace en su tiempo libre, qué materias le gustan más.
- Qué es lo que mejor se le da, dónde tiene más destrezas.
- Cuáles son sus valores, qué le motiva: prefiere ayudar a otros, crear, investigar…
- Y, por último, cuál es su estilo de aprendizaje. Hay personas que son más prácticas, otras más analistas, otras artísticas… Y hay una FP ideal para cada uno de ellos.
Cómo investigar opciones y centros educativos
Una vez definidos todos los intereses, pasamos a la parte más interesante: explorar cuáles son las opciones disponibles. Lo primero que debes saber es que hay centros que ofrecen modalidad online; en caso de que el estudiante busque algo concreto que no está en su ciudad, es una gran alternativa. Así no cerraréis puertas antes de empezar, y no será necesario llevar a cabo una mudanza, con los gastos que estas generan.
Es interesante, eso sí, consultar cuál es la oferta de FP que hay en cada comunidad autónoma. Se actualiza cada año, introduciendo nuevos ciclos y nuevos centros. En caso de que os encaje mucho uno, podréis visitarlo aprovechando las jornadas de puertas abiertas, o preguntando en secretaría. Te recomendamos que revises siempre los distintos planes de estudio, porque cada ciclo cuenta con unos módulos específicos y un porcentaje de prácticas que es interesante conocer.
Y, en caso de que sea un centro presencial en vuestra ciudad, es interesante tener en cuenta tanto la ubicación de este como las diferentes opciones de transporte que pudiera haber. Como último punto, es interesante también que consultes reseñas y opiniones que haya en redes sociales. Porque así conocerás de primera mano lo que piensan aquellos que ya han estudiado allí.
Importancia de las salidas laborales
Uno de los principales atractivos de la FP es el hecho de que tiene una empleabilidad bastante alta. Es más, según los datos del Ministerio de Educación, más del 40 % de las ofertas laborales que han tenido lugar estos últimos años en el país iban dirigidas a titulados de FP. Aunque es cierto que no todos los ciclos ofrecen las mismas expectativas. En este sentido, es interesante ver la demanda del mercado laboral actual y futura. Hay áreas que siempre van a tener una buena demanda: informática, sanidad, logística, servicios sociosanitarios o energías renovables, por ejemplo.
Además, hay que tener en cuenta que hay ciclos que permiten una especialización posterior, que permite ampliar salidas.
La clave es ir compatibilizando todo esto con la vocación real del estudiante. Porque si hay bajo interés personal, se puede generar una alta frustración a largo plazo.
Acompañar sin imponer
Pese a que ya lo hemos señalado, debemos repetirlo: se debe acompañar, pero sin imponer ni presionar. La elección siempre debe ser del joven, y no de los adultos que están con él. Si se impone una decisión, podemos encontrarnos a largo plazo con una gran desmotivación y con un bajo rendimiento.
Al acompañar, estamos mostrando confianza en sus capacidades y en su criterio. Eso implica una escucha activa, plantear preguntas que inviten a reflexionar y, sobre todo, no juzgar. Cada persona tiene que seguir su propio ritmo y camino.
Apoyo emocional durante el proceso
Esta decisión es complicada, puede generar en el estudiante muchos miedos, ansiedad y dudas. Porque no podemos olvidar que nos encontramos en un momento de transición hacia la vida adulta. Y es clave que haya apoyo emocional por parte de la familia. Hay cuatro tipos que ayudan mucho en este sentido:
- Valida siempre sus emociones, incluso su miedo o su inseguridad.
- Evita comparaciones.
- Refuerza su autoestima, destacando siempre sus logros.
- Mantén una comunicación abierta, donde no se sienta juzgado sino comprendido.
Recursos y orientación profesional disponibles
En caso de que sientas que necesitáis algo más de ayuda, siempre podéis recurrir a la orientación profesional. Hay muchos recursos interesantes en este sentido, tanto privados como públicos:
- Orientadores escolares, presentes en todos los institutos y que pueden ayudar a identificar fortalezas. Y, sobre todo, proponen itinerarios académicos.
- Portales oficiales de las distintas FP, donde se pueden consultar los títulos, requisitos, salidas, centros disponibles…
- Ferias educativas, que permiten conocer de primera mano toda la oferta formativa.
Conclusión: decidir con información y confianza
Acompañar a un hijo en una elección como esta es una oportunidad para fortalecer la comunicación familiar y, además, fomentar su autonomía. No hay que escoger sus estudios, sino ayudarles a que sean ellos mismos los que decidan cuál será su proyecto de vida.









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